El
parto es el momento más deseado y a la vez más temido del embarazo. Aunque en
la sociedad existe una propensión a hacernos creer que el nacimiento de un hijo
debería ser el momento más feliz de nuestras vidas, este acontecimiento supone
asímismo enfrentarse al dolor desconocido del parto, separarse del bebé que
durante el embarazo formaba una unidad plena con la mamá y saber por fin si el niño está bien o padece
alguna enfermedad. También implica enfrentarse al nuevo reto de ser madre, al
cambio de rol -pasar de ser hija a ser madre- y al temor de no poder atender al
niño adecuadamente o de no ser capaz de alimentarle. Muchos padres fantasean
con tener el bebe perfecto y ser los papás perfectos y se encuentran con un
bebecito llorón al que no saben cómo calmar ni cómo atender. Esta confrontación
de la fantasía y la realidad resulta ser altamente frustrante para los padres.
Por
un lado existe lo que se viene denominando “baby blues”, que se
caracteriza por un estado de ánimo depresivo durante la primera o las primeras
dos semanas tras el nacimiento del bebé. Los síntomas que aparecen son cambios
de humor, llanto incontrolado, irritabilidad, ansiedad, tristeza, alteraciones
del sueño, sentimientos de inutilidad e incapacidad. Este subtipo de depresión no
precisa tratamiento y suele desaparecer pasadas pocos días/semanas.
Si
dentro de las 4 semanas posteriores al parto aparecen los sintomás de un
episodio de depresión mayor se habla de depresión postparto propiamente
dicha. La sintomatología en principio se asemeja al “baby blues”, pero es más
severa y más prolongada en el tiempo. Lo crucial es que estos síntomas
interfieren gravemente con la capacidad de la madre de relacionarse con su
bebé; siente una irritabilidad intensa y sufre de ataques de ira, sentimientos
de culpa, ideación suicida y/o pensamientos recurrentes de dañar a su bebé,
fatiga extrema, rechazo al bebé, insomnio. Este bloqueo afectivo requiere ayuda
profesional inmediata.
También
existe la psicosis postparto, en la que a parte de los síntomas de la
depresión postparto también aparecen alucinaciones y delirios. El factor de
riesgo fundamental es haber padecido alguna enfermedad mental grave previamente
(como trastorno bipolar, esquizofrenia, etc.) y es importante buscar ayuda
profesional de manera inmediata, ya que estos casos precisan de medicación
antipsicótica para frenar la sintomatología.
Para
la depresión postparto existen otros factores de riesgo en la personalidad
previa o en las circunstancias que rodean el momento del parto que pueden
precipitar la aparición de la sintomatología:
-
Embarazos no
deseados
-
Abortos previos
-
Circunstancias
socioeconómicas desfavorables
-
Problemas en la
relación de pareja / aislamiento social / falta de apoyo social
-
Abusos sexuales
en la infancia
-
Maltrato infantil
Lo
más importante es estar atentos a estos síntomas y no demorar la búsqueda de
ayuda profesional si Usted cree padecer o conoce a alguien que pueda estar
padeciendo una depresión postparto. Si no conoce a ningún profesional, no dude
en consultar a su médico de cabecera, ginecólogo o pediatra.
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